Brucelosis, patógenos que hacen carrera en la vida de los perros

La brucelosis es una enfermedad muy que puede afectar seriamente a los perros y que desencadena una bacteria, la Brucella canis. De ella, se puede decir que se encuentra en todas partes. Puede llegar al organismo de los perros de muchas y curiosas maneras: por contacto con fetos abortados, con los de fluidos procedentes del útero en perras infectadas, en el momento del apareamiento, por medio de la leche materna, y, en casos menos frecuentes, por transmisión aérea.

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Brucelosis, patógenos que hacen carrera en la vida de los perros

Patógenos que hacen carrera en la vida de los perros

Pero ¿cómo llega al organismo de los perros de la forma más común? Pues principalmente a través de las mucosas y, desde ellas, se propaga a los ganglios linfáticos y al bazo. También se sabe que se extiende hasta el útero de las perras, hasta la placenta, la próstata en los perros y, en ocasiones, hasta otros órganos internos.

En las hembras, la brucelosis conduce al aborto de la camada o a la muerte temprana de los cachorros que se hayan infectado. En ocasiones, las perras infectadas pueden no presentar ninguna afectación a simple vista, incluso tras análisis clínicos. En ciertos casos, se puede producir una disminución de la fertilidad de las hembras en lugar de abortos que los especialistas suelen relacionar con la contaminación de las crías que habrían absorbido los patógenos de la brucelosis en un momento temprano de la contaminación de las perras.

En el caso de los machos, la infección de los testículos por brucelosis puede desencadenar infertilidad debido a que los anticuerpos espermáticos resultan derrotados por las bacterias de la infección. El proceso de infección se puede ver a simple vista en la forma que adquiere el escroto de los perros. Los testículos pueden atrofiarse en algún momento del proceso, presentar inflamación y luego rastros de infección en la superficie envolvente del escroto que se pueden observar a simple vista y con toda claridad.

Una de las patologías menos deseables de la brucelosis, tanto en perros como en perras, es el desarrollo de discoespondilitis, una infección de los discos de las vértebras de la columna que resulta dolorosa para los perros. Y aún más, puede producir debilidad en las patas traseras y, en casos extremos, parálisis en la grupa. También se han constatado inflamaciones en los ojos. Sí, también en un sexo y en otro.

Los análisis de brucelosis son fáciles, se estudian sangre y los tejidos. Los veterinarios suelen tener a su disposición unos cómodos kits de análisis para este tipo de muestreos.

Pero, lo más importante de todo ¿los tratamientos de brucelosis son existosos? Pues no, tratar la brucelosis es complicado y caro. El tratamiento más eficaz -y no muy económico- es la aplicación de una combinación de estreptomicina y minociclina.

También se suele tratar a los perros afectados con tetraciclina que puede ser sustituida en un determinado momento por la misma minociclina, aunque también nos exponemos a reducir la eficacia del tratamiento.

Una de las consecuencias menos deseables de la brucelosis es que todos los animales infectados han de ser castrados o esterilizados para prevenir cualquier tipo de contaminación sexual. Es más, todos los perros que hayan sido contaminados deben ser considerados como portadores de la enfermedad de por vida.

Una norma básica, si se desea criar perros, es comprobar que tanto el perro como la perra que se van a utilizar en la reproducción están libres de la enfermedad. En el caso de crías profesionales, se suelen hacer aislamientos sistemáticos cuando se ingresan nuevos perros en las instalaciones de cría, tanto si se sospecha que pueden estar afectados por antecedentes como si no.

Se trata de una medida básica de seguridad. Hablamos nada menos de aislamientos de un mes como mínimo. La receta de toda desinfección de una perrera es la aplicación de amonio y yodo en los formatos de dosificación y combinación especificados para estos casos.

Un último dato, aún más importante, la brucelosis se considera una enfermedad zoonótica, esto es, que puede afectar por igual a los seres humanos. Por tanto, hay que extremar los cuidados en la manipulación de los animales, lo mismo, especialmente si se sospecha que puedan estar infectados. El uso de guantes y alejarse del contacto directo con fluidos corporales es básico.

Hay que tener cuidado a la hora de poner la comida, los piensos y los suplementos de los perros. Fíjese en la forma en la que tratan a los perros que no están sanos en una tienda de animales donde suela comprar la alimetación de los perros.

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