Los perros doberman son una raza de mascotas que, a pesar de su apariencia fiera y nerviosa, resultan ser animales muy leales si se les sabe educar con corrección. Nacieron como raza gracias al esfuerzo de un experto y cuidador de perros alemán a finales del siglo XIX, de apellido precisamente Doberman.
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Hoy, la búsqueda del perro ideal de Doberman ha convertido a esta raza de perros en un éxito que perpetúa cada generación.
El doberman resulta ser una raza de perros muy, muy inteligente a la que hay que aplicarle una buena mano firme, que en modo alguno quiere decir dura. De lo que se trata es de adaptar el trato que hay que dar al animal, pulir sus hábitos de socialización y los que son parte de su instinto animal.
Sin embargo, fuera de la firmeza con la que hay que acompañar su educación, los perros doberman acaban dejándose ver en la proximidad de sus cuidadores y en el ambiente familiar en el convivan como animales sensibles, atentos, siempre dispuestos, juguetones a su manera y sobre todo cariñosos.
Hay que inculcarles que sean disciplinados con su comida, que esperen su turno para comer sus piensos, que adopten una postura de espera antes de iniciar su alimentación.
Los perros doberman pueden mostrarse amables y hacer mucho por compartir la casa familiar de quienes los han acogido y seleccionado entre muchos otros perros en una tienda de animales.
Suele ocurrir que cuando se acude a comprar un cachorro de doberman a una tienda de animales se produzca un flechazo y que el animal acabe haciendo las delicias de los más pequeños en casa si resulta bien educado. Un valor que destacan sus cuidadores es su vivacidad.
Los perros doberman tienen instinto protector para con su grupo en el que se incluyen a los cuidadores y a toda la gente de la casa, incluso se da el caso de que conviven en armonía hasta con gatos con los que se han criado y que no ven como rivales. Son perros guardianes por excelencia y siempre están alerta.
Pero los perros doberman son del mismo modo muy activos, como hemos insinuado, se aburren si no cuentan con ese punto de movimiento físico que los estimula. Es más, si se les deja solos, se buscarán la vida para entretenerse.
Y entretenerse para los perros doberman puede ser corretear por la casa y hacer todo tipo de saltos y carreras por pasillos y habitaciones, cuando no tomarla con las cortinas o con el sofá.
Por esa razón es importante educarlos y proporcionarles estímulos como nos recordará un veterinario que trate a estos perros o un responsable de una tienda de animales en los que se suela comprar piensos enriquecidos y suplementos para perros grandes.
Si su doberman se ha de quedar solo, pruebe a dejar su comida oculta, sus juguetes y productos para mascotas escondidos pero a su alcance de forma que tenga que buscarse la vida para alcanzarlos. Esos son unos tipos de estímulos que dan buen resultado con los perros doberman.
Sobre la educación y los hábitos de estos perros, dos notas más. La primera es que deben ser premiados con tal vez algo más de frecuencia que otros animales para que no pierdan el interés. Los tonos de voz son importantes.
Premios con gestos y estímulos verbales y vocalizaciones cortas y secas para que no pierda ese mismo interés y mantenga la atención sobre las instrucciones. Los castigos de voz se han de evitar porque generan bloqueo y un nerviosismo sin sentido en los perros doberman. Téngalo también en cuenta.
El segundo dato es que hay que ‘moverlos’ con mucha frecuencia, pasearlos para darles esa actividad que necesitan. Si es posible con espacios para correr, mejor que mejor.
Los dobermans son perros sensibles que necesitan de firmeza por instinto y ser dominados y que, a cambio, nos entregan una lealtad que forma parte de su encanto natural.